A lo largo de la historia, nuestros pueblos han sido incorporados a imperios y naciones sin nuestro consentimiento. Esta inclusión forzada ha generado explotación, despojo de recursos y pérdida de nuestras culturas. Ante el avance de la inteligencia artificial (IA), debemos recordar esta historia de opresión y colonialismo.
¿Qué significa realmente la «inclusión» en la IA? ¿Tendremos voz y voto en cómo se procesa nuestra información y qué beneficios obtendremos? La historia nos enseña a ser cautelosos: ¿cómo podemos garantizar que esta «inclusión» no sea otro despojo que beneficie a unas pocas empresas a costa de nuestras comunidades?
Debemos asegurarnos de que la inclusión en la IA no se convierta en un nuevo colonialismo digital. Exijamos transparencia a las empresas que desarrollan y utilizan la Inteligencia Artificial, y que rindan cuentas a las comunidades afectadas. Los gobiernos deben regular la Inteligencia Artificial para proteger los derechos de los pueblos indígenas y otras comunidades marginadas.
La inclusión en la IA debe ser un proceso de empoderamiento, no de explotación. El desarrollo de la Inteligencia Artificial tiene costos ocultos que afectan desproporcionadamente a los pueblos indígenas y comunidades marginadas. El alto consumo energético de los centros de datos impulsa el extractivismo, desplazando poblaciones y restringiendo el acceso a tierras comunales. La crisis climática, exacerbada por este consumo, impacta más a quienes dependen de la agricultura tradicional.
Consideremos el derecho a no participar en la IA, especialmente si sigue el modelo de propiedad privada que ha caracterizado la revolución digital. Imaginemos un futuro donde la infraestructura tecnológica se construya al servicio del bien común. Es el derecho a decidir si queremos ser definidos por la tecnología o si queremos utilizarla para crear un mundo mejor.
América Latina frente a la Inteligencia Artificial
América Latina tiene el potencial de liderar un cambio en la forma en que las grandes tecnológicas manejan los datos de sus ciudadanos. 1Cancela, Ekaitz. (s.f.). América Latina es la vanguardia tecnológica frente al modelo de Silicon Valley. Recuperado de https://n9.cl/ud5lg Imaginemos un acuerdo regional que obligue a estas empresas a pagar por los datos que recopilan, estableciendo un precedente de soberanía digital y reconociendo el derecho de los países latinoamericanos a controlar sus propios datos y beneficiarse de su explotación.
Necesitamos reimaginar los movimientos sociales del siglo XXI para incluir la lucha por la justicia tecnológica. La tecnología se ha convertido en una fuerza poderosa en nuestras vidas, y los movimientos sociales deben abordar sus implicaciones sociales y políticas.
La lucha por la justicia tecnológica debe incluir diversas estrategias: presionar a las grandes tecnológicas para que sean más responsables, apoyar el desarrollo de alternativas descentralizadas, educar al público y empoderar a los ciudadanos para que tomen decisiones informadas.
Las grandes tecnológicas tienen un poder enorme, y los ciudadanos latinoamericanos deben tener voz y voto en cómo se utiliza. Un acuerdo regional que obligue a estas empresas a pagar por los datos sería un paso importante hacia una sociedad más justa y democrática.
Para que la IA funcione para todos, debemos construir caminos de inclusión que garanticen que los idiomas, culturas y experiencias diversas estén representados en los datos de entrenamiento. Esto implica crear archivos de datos públicos abiertos que reflejen la diversidad del mundo.
La verdadera inclusión en la IA
La verdadera inclusión en la era de la IA requiere una IA de código abierto, con licencias libres y el consentimiento informado de los pueblos para el uso de sus datos. Debemos cuestionar quién controla la infraestructura y los datos, y qué capacidad tienen las comunidades para influir en su desarrollo.
Como advirtió Deleuze Deleuze 2Gilles. (s.f.). Post-scriptum sobre las sociedades de control. Recuperado de https://n9.cl/n3fc8, debemos estar atentos a cómo la IA puede convertirse en un nuevo mecanismo de control social. La verdadera regulación debe empoderar a las comunidades para resistir y moldear activamente el futuro tecnológico que desean.
La IA puede reforzar estructuras de poder existentes o promover la autonomía. Depende de nosotros asegurarnos de que sirva a las necesidades humanas reales de todas las comunidades. El debate sobre la IA debe ser político y centrado en cómo queremos que la tecnología moldee nuestro futuro colectivo, respetando la diversidad de voces y visiones del mundo.
Cruz, Kiado (2024). Intervención en el panel «AI For All of Us». Dweb organizado por Internet Archive. San Francisco, California. Recuperado de https://n9.cl/58x3a
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Bueno, ya entrando en materia ahí va una opinión personal.
Me preocupa un poco que se de tanto peso en señalar a las empresas y a la propiedad privada como lo «malo» (eso parece) a la vez que se acude al estado para que las regule e interceda en favor de los pueblos originarios.
Siendo que es el estado quien ha intentado y sigue intentando exterminar a los pueblos indígenas, a sus identidades, y al que más le conviene que esto pase.
Es el estado el que vende las tierras comunales de los pueblos a alguna empresa quizás con poca ética o con desconocimiento de causa y de como funciona la propiedad con estos pueblos, por ejemplo.
O sea, La raíz del problema no está en la empresa.
Pedirle al estado que se regule la IA y las empresas privadas para el beneficio de los pueblos indígenas es como pedirle al lobo 🐺 que cuide y vele por las ovejas para que un elefante 🐘 o algo más grande no las vaya a aplastar.
También personalmente me parece un error querer alejarse de la IA, de todo este fenómeno, cuando lo que se debería hacer es todo lo contrario, aprovecharse de ella, apropiarse de ella para difundir por ejemplo sus idiomas, para reaprenderlos.
Es lamentable que con toda la tecnología casi no haya idiomas originarios en los grandes traductores, por ejemplo Google, pero es que no es Google quien lo pone ahí, es la misma gente que deja esa data.
Si esto mismo pasa con la IA eso sólo se contribuye a la invisibilización y al exterminio de las identidades indígenas
Son los pueblos quienes deben de apropiarse de estas tecnologías y hacerlas suyas.
Por otro lado, si se quiere privacidad y descentralización pues ya hay soluciones para eso, ahí está la industria blockchain, que también hay que incursionar, pero al menos hoy por hoy, no es lo que la gente quiere porque no lo demanda con sus acciones y no con sus palabras.
Claro que también entiendo las limitaciones que puede haber para entrar a todo esto, tampoco se trata de romantizar.
Bueno, en fin. Saludos.
Hola, muchas gracias por tu comentario. Este es un artículo de opinión de nuestro colaborador Kiado Cruz. Te invito a ver este video donde se manifiesta la postura del Colectivo Bëni Xidza. Saludos https://youtu.be/JvX4gLlTlL4